El trabajo social con adultos mayores se centra en garantizar la calidad y el bienestar de las personas durante el proceso de envejecimiento. Las funciones del trabajador social con adultos mayores incluyen:
Brindar apoyo emocional
Fomentar la participación de los adultos mayores en la comunidad
Manejar situaciones de crisis
Colaborar con otros expertos para asegurar un enfoque integral en la atención de esta población
Ayudar a las personas mayores a integrarse socialmente, tengan o no algún tipo de dependencia física o psíquica
Detectar precozmente y prevenir los problemas sociales del mayor, evitando así el riesgo de caer en exclusión social
Fomentar la participación activa del mayor en todas las actividades que desarrolle, ya sea en el entorno comunitario, en el entorno familiar como en el entorno terapéutico
Objetivo: Realizar un análisis teóricopráctico sobre el papel del trabajo social en el ámbito de la tercera edad, a la par que se reflexiona sobre los conceptos de tolerancia, convivencia y diversidad con el fin de avanzar en el conocimiento de nuestra sociedad y en el papel que nuestra profesión juega en este sector.
Desarrollo: El trabajo que aquí presentamos consta de dos apartados interrelacionados entre sí. En primer lugar se describe el colectivo de la tercera edad, planteando los conceptos más importantes sobre este tema.
A continuación se explican las características de la realidad demográfica y el proceso de envejecimiento con los cambios asociados a la edad y las principales consecuencias a nivel individual, familiar, social y comunitario.
En la segunda parte del artículo nos centramos en el papel del trabajo social gerontológico, exponiendo los recursos sociales principales, las funciones del trabajo social, la metodología de actuación y los distintos niveles de intervención. Finalizamos este apartado con los principios fundamentales en materia de política social de tercera edad de la Federación Internacional de Trabajadores Sociales. En la parte final del artículo se encuentran las conclusiones y aportaciones innovadoras resultantes de este estudio.
Es necesario explicar algunos conceptos básicos que nos van a permitir introducir el tema de estudio. Entre ellos cabe señalar gerontología, envejecimiento y variabilidad inte- rindividual e intraindividual.
Gerontología: Es la ciencia que estudia el proceso de envejecimiento de los seres vivos y de las personas en particular desde todos sus aspectos: biológico, psicológico, socioeconómico y cultural. En este sentido, las principales disciplinas científicas que intervienen en el envejecimiento son la geriatría, la gerontología social, la antropología de la vejez, la psicología de la vejez, la sociología de la vejez, la tanatología, y el trabajo social gerontológico.
Envejecimiento: Es el conjunto de transformaciones que aparecen en el individuo a lo largo de la vida. Se trata de cambios bioquímicos, fisiológicos, morfológicos, sociales, psi- cológicos y funcionales. La edad efectiva de una persona puede establecerse teniendo en cuenta diversas consideraciones que nos permiten diferenciar cuatro tipos de edad: cronológica2, fisiológica3, psíquica4 y social.
Variabilidad interindividual e intraindividual: A medida que avanza la edad, las perso- nas tienden a ser más heterogéneas en el funcionamiento psicológico, fisiológico o social (variabilidad interindividual). Sin embargo, los cambios que se producen con el paso del tiempo en una conducta determinada, en una capacidad o habilidad, no predicen necesa- riamente los mismos cambios en las características psicológicas o sistemas fisiológicos de las distintas personas (variabilidad intraindividual).
En los últimos años podemos constatar lo que ya es un hecho en todos los países nuestro entorno: el progresivo envejecimiento de la población.
Esta situación debe analizada en el marco de un proceso evolutivo que ha tenido como protagonista a este tor de la población activo en épocas de marcado desarrollo cultural, tecnológico e industrial. En este sentido es previsible que las personas jubiladas sean cada vez más instruidas, más urbanas, más cualificadas, más informadas y en general más independientes, lo que su nivel de exigencia sociosanitaria también aumenta.
Además, tal y como se recoge en las siguientes pirámides de población, se puede observar una poblaciónregresiva, con una base más estrecha que el cuerpo central y un porcentpersonas mayores de 65 años relativamente grande. Estamos ante una población envecon bajas tasas de natalidad y de mortalidad y con un crecimiento natural reducido.
EL PROCESO DE ENVEJECIMIENTO
El interés por el envejecimiento ha sido una constante en la historia de la humanidad y se ha afrontado desde multitud de perspectivas: científica, social y cultural. Dentro de este interés destacan fundamentalmente dos aspiraciones u objetivos: la inmortalidad y la búsqueda de la longevidad. Es por ello que cabe señalar obras científicas que, ya desde la edad media, se centran en el estudio del envejecimiento. En este sentido, destaca el libro “La curación de la vejez y la preservación de la juventud” (1236) y el manuscrito “Gerontocomía”, publicado en latín en el año 1489, y que ha llegado a considerarse el primer manual práctico sobre los problemas de la vejez. Además, dentro de la filosofía clásica se pueden encontrar claros predecesores del estudio de la gerontología.
Por ejemplo, Platón presenta una visión individualista e intimista de la vejez, convirtiéndose en un antecedente de la visión positiva de la misma, mientras que Aristóteles presenta una visión radicalmente opuesta, considerando la vejez como una enfermedad.
Es evidente que sobre el proceso de envejecimiento se pueden formular diferentes cuestiones acerca de cuáles son las dimensiones del cambio, sus determinantes o sus causas, si existen intervenciones que pueden demorar o detener el cambio, cuáles son sus consecuencias directas o indirectas en la vida diaria de las personas mayores o qué pauta sigue el cambio ocurrido. En la actualidad podemos realizar una clara diferenciación entre lo que es el envejecimiento fisiológico y el envejecimiento patológico.
La relación entre ambos tipos de envejecimiento se presenta como un continuo: En un extremo del mismo encontramos un envejecimiento relacionado con el proceso del paso del tiempo que puede ser separado claramente de la enfermedad: existen determinados cambios que, con independencia de su extensión, no podrán ser considerados patológicos, tales como las arrugas, las manchas de la piel o el cambio en el color del cabello.
En el extremo opuesto encontramos un envejecimiento con cambios que sí puede ser considerado enfermedad, y que se percibe en manifestaciones tales como la descalcificación de los huesos, o los problemas en las articulaciones.
Esquema 1.- Proceso de envejecimiento.
El objetivo principal de todas las personas es alcanzar un envejecimiento en las mejores condiciones posibles, teniendo en cuenta los múltiples factores que intervienen en el proceso de envejecimiento.
Próximo a esta visión encontramos el concepto vejez con éxito, desarrollado por Baltes y Baltes, para cuyo logro se propone la estrategia de optimización selectiva con compensación.
Según esta estrategia la selección, la optimización y la compensación son procesos fundamentales en el desarrollo humano, mediante las cuáles podemos alcanzar un envejecimiento satisfactorio.
La vejez, como otras etapas de la vida es, además de una cuestión biológica y psicológica, una construcción social. Cuando hablamos de vejez con éxito tenemos que analizar diversos aspectos, tales como una vida larga, salud física, salud mental, eficacia cognitiva, competencia social y productividad, control personal y satisfacción vital. Y es precisamente ante estos aspectos, donde se puede ac- tuar desde el Trabajo Social.
Cambios asociados al envejecimiento
¿Cuáles son los cambios más importantes asociados a la edad?
Encontramos tres grandes tipos de cambios: cambios físicos, cambios psicológicos y cambios sociales, tal y como se recogen en el esquema .
Los rasgos principales que caracterizan cada uno de estos procesos de cambio aparecen especificados en la tabla .
Esquema 2.- Cambios asociados al envejecimiento.
.- EL TRABAJADOR SOCIAL ANTE EL RETO DEMOGRÁFICO DE ESTE SIGLO
Antes de analizar las funciones y objetivos que el trabajador social persigue en su desarrollo profesional en gerontología, vamos a detallar cuáles son los recursos sociales existentes con los que el profesional cuenta para el óptimo ejercicio de su trabajo.
Aunque las competencias en materia de Trabajo Social son asumidas por las Comunidades Autónomas, existen unas directrices básicas a nivel estatal establecidas por el Plan Concertado para el desarrollo de prestaciones básicas de Servicios Sociales de corporaciones locales. Podemos establecer cuatro grandes tipos de recursos sociales en la atención a las personas mayores:
Prestaciones residenciales: Residencias, programas de respiro familiar o recursos alter- nativos de vivienda.
Prestaciones no residenciales: Centros de día, servicio de ayuda a domicilio, teleasis- tencia, hogares y clubs de punto de encuentro.
Prestaciones técnicas: ayudas individuales para prótesis, ayudas técnicas o adaptación del hogar.
Programas de ocio y salud: programa de vacaciones para personas mayores, progra- mas de termalismo social, educación para personas mayores, etc.
Funciones del trabajador social
El objetivo de la intervención gerontológica es conocer y transformar la realidad del ma- yor, contribuyendo con otros profesionales a lograr el bienestar colectivo, entendido como un sistema global de acciones que, respondiendo al conjunto de aspiraciones sociales, ele- va el desarrollo del bienestar humano en los procesos de cambio social tanto individuales .
EL TRABAJADOR SOCIAL ANTE EL RETO DEMOGRÁFICO DE ESTE SIGLO
Antes de analizar las funciones y objetivos que el trabajador social persigue en su desarrollo profesional en gerontología, vamos a detallar cuáles son los recursos sociales existentes con los que el profesional cuenta para el óptimo ejercicio de su trabajo. Aunque las competencias en materia de Trabajo Social son asumidas por las Comunidades Autóno- mas, existen unas directrices básicas a nivel estatal establecidas por el Plan Concertado para el desarrollo de prestaciones básicas de Servicios Sociales de corporaciones locales. Podemos establecer cuatro grandes tipos de recursos sociales en la atención a las personas mayores:
Prestaciones residenciales: Residencias, programas de respiro familiar o recursos alternativos de vivienda.
Prestaciones no residenciales: Centros de día, servicio de ayuda a domicilio, teleasistencia, hogares y clubs de punto de encuentro.
Prestaciones técnicas: ayudas individuales para prótesis, ayudas técnicas o adaptación del hogar.
Programas de ocio y salud: programa de vacaciones para personas mayores, programas de termalismo social, educación para personas mayores, etc.
Funciones del trabajador social
El objetivo de la intervención gerontológica es conocer y transformar la realidad del mayor, contribuyendo con otros profesionales a lograr el bienestar colectivo, entendido como un sistema global de acciones que, respondiendo al conjunto de aspiraciones sociales, ele- va el desarrollo del bienestar humano en los procesos de cambio social tanto individuales
Funciones de atención directa
• Función preventiva: Detección precoz y prevención de los problemas sociales que dificulten la integración social de las personas mayores.
• Función promocional: Desarrollo de las capacidades naturales de las personas mayo- res para prevenir o paliar su problemática social, fomentando su participación activa.
• Función asistencial: Aumento de la capacidad de la persona mayor y promoción de
la utilización de recursos para satisfacer sus necesidades sociales.
• Función rehabilitadora: Rehabilitación y reinserción social de aquellas personas mayores que han sufrido algún tipo de disminución física, psíquica o social.
• Función informativa: Información sobre derechos y recursos sociales para las personas mayores, así como asesoramiento ante las demandas planteadas.
Funciones de atención indirecta
• Coordinación: Optimización de recursos y planificación de alternativas de intervención.
• Trabajo comunitario: potenciación de los recursos de la comunidad en la resolución y prevención
de problemática social.
• Gestión orientada a la tramitación de recursos para la atención e intervención social.
• Documentación: Diseño, elaboración y cumplimentación de los diferentes instrumentos propios del trabajo social (ficha social, historia social, informe social, y registro de intervenciones).
• Planificación y evaluación: diseño de planes, programación, servicios y políticas sociales.
• Formación, docencia e investigación.
• Dirección, gestión, planificación y organización de centros de mayores.
Todas estas funciones tanto directas como indirectas, se desarrollan en la intervención sociosanitaria, y van dirigidas a movilizar los recursos formales e informales del entorno de la persona en la tercera edad con la finalidad de dar una respuesta de calidad a las necesidades y demandas planteadas por su dependencia y prevenir el incremento de la discapacidad. Es decir, es fundamental velar por la calidad de los servicios ofertados, así como impulsar la creación de apoyos para los familiares que se ocupan del cuidado de los ancianos en general, y de las personas mayores dependientes en particular.
Para el desarrollo de las funciones y objetivos del trabajo social con personas mayores se utiliza el Método Básico de Intervención del Trabajo Social29.
1.- Conocimiento de la realidad social: Estudio investigación de la realidad social, de sus problemas, necesidades, conflictos y recursos. Todos los datos se recogerán en la historia, ficha e informe social y otros instrumentos del trabajo social, incorporándolos al Expedien- te del usuario, de manera que la información esté disponible y accesible para las consultas que sea necesario realizar. En esta etapa de la intervención, un instrumento importante a tener en cuenta es la escala global de valoración social de las personas mayores (VATAD). Este instrumento permite obtener una valoración puntuada que al medir una serie de indicadores sociales facilita una valoración social de las necesidades de la persona mayor y un diagnóstico de los mismos. La escala tiene en cuenta los siguientes ítems: sexo, edad, nivel de estudios, estado civil, familia, relaciones, ayuda, previsiones de futuro, economía, vivienda, malos tratos y ocio y tiempo libre.
2.- Diagnóstico, valoración e interpretación de datos: Interpretación técnico científica de la realidad social en base a la información recogida. Una vez elaborado el diagnóstico se establecen las necesidades y problemas que se detectan realizando una jerarquización de los mismos.
3.- Planificación/Programación: Estrategia de acción profesional donde se determinan los niveles de actuación, los núcleos de intervención y los criterios de evaluación además de la organización de la intervención profesional.
4.- Ejecución: Durante la fase de ejecución se llevan a cabo las actividades diseñadas, así como el seguimiento de las mismas. En este sentido, la intervención tiene que tener en cuenta los objetivos, recursos y posibles obstáculos, adaptando la actuación a la situación sin perder de vista los objetivos.
5.- Evaluación: La evaluación será sistemática, realizándose de manera periódica duran- te toda la intervención, así como de manera puntual cuando se produzca alguna incidencia importante que motive la revisión de la ejecución de la actividad profesional. La evaluación se centra en comprobar la eficacia de la intervención y la adecuación entre las necesidades atendidas y los recursos y técnicas aplicadas.
Niveles de intervención
Dentro de la intervención del trabajador social se pueden establecer tres niveles principales de intervención: primario, secundario y terciario.
La intervención primaria consiste en desarrollar acciones anticipadas destinadas a detener o prevenir alguna situación. Las actividades preventivas se dirigen a las personas y grupos de personas sin indicios de un problema o alteración específica. La prevención primaria conlleva acciones encaminadas a detener o prevenir situaciones negativas que puedan afectar a la persona mayor.
La intervención secundaria o “curativa” está diseñada para afrontar una situación problemática o una alteración que ya existe. Se orienta hacía las señales más tempranas de aparición del problema. Este tipo de prevención se dirige hacía el diagnóstico precoz y el rápido tratamiento. Se centra en evitar el desarrollo de una mayor degradación en una situación determinada y ayudar a las personas mayores a desarrollar métodos de afronta miento que le ayuden a evitar situaciones disfuncionales en el futuro.
La intervención terciaria intenta mejorar los efectos de una situación ya disfuncional y ayudar a las personas y las familias a recuperar su funcionamiento típico en la medida de lo posible. Incluye tanto la limitación de discapacidad como la rehabilitación.
Por otro lado, en el ámbito del trabajo social aplicado a la gerontología hay que tener en cuenta un colectivo particular dentro de las personas mayores: aquellas que puedan estar sufriendo maltrato en el ámbito familiar, institucional o comunitario.
En este sentido, no existe una definición universalmente aceptada de lo que son los malos tratos hacia las personas mayores.
Numerosos estudios e investigaciones ponen de manifiesto una gran variedad de términos para referirse a estas situaciones: battered elder syndrome (síndrome del mayor vapuleado), granny abuse (abuso de los abuelos), granny battering (abuelas vapuleadas), parent battering (padres vapuleados) o old age abuse (mal- trato en la vejez).
En la declaración de Toronto se define este tipo de maltrato a personas mayores como la acción única o repetida, o la falta de una respuesta apropiada que ocurre dentro de cualquier relación donde exista una expectativa de confianza y la cual produzca daño o angustia a una persona anciana. Puede ser de varios tipos: físico, psicológico, sexual, financiero o simplemen- te reflejar un acto de negligencia intencional o por omisión.
Es fundamental una rápida detección de estas situaciones que permita a los distintos profesionales intervenir ante las mismas, erradicando estas prácticas que vulneran total- mente los derechos humanos.
Política social internacional
A través de los Colegios Profesionales de los Consejos o Asociaciones de los países miembros, la FITS (Federación Internacional de Trabajadores Sociales) está involucrada en la promoción de políticas, desarrollo de programas, creación de servicios e iniciación de acciones sociales e investigaciones dirigidas a las personas mayores. Así, esta Federación considera que las declaraciones de política social de tercera edad se deben basar en los siguientes principios.
Elaboración de declaraciones de política social que tengan en cuenta las diferen- tes necesidades de los mayores en las distintas etapas del envejecimiento y que sean comprensibles para éstos.
Hay que tener en cuenta que existe una característica importante en el proceso de envejecimiento: se produce en todas las personas. Se trata por ello de un tema social y de preocupación mundial.
Reconocimiento del derecho de los mayores a continuar trabajando si lo desean.
Protección del derecho de las personas mayores a ejercitar su libertad en la elección de su forma, ritmo y estilo de vida.
Mantenimiento de diferentes aportaciones para las personas discapacitadas respetando su derecho a aceptar los
servicios que se les ofrecen o a modificarlos.